En las cárceles hay jóvenes que han delinquindo varias veces. |
Santo Domingo.-Endurecer las
penas contra los menores que delinquen no necesariamente podría
significar el descenso de la criminalidad en este segmento de la
población.
A pesar de que hay una
gran cantidad de niños, niñas y adolescentes cumpliendo condenas en los
11 centros especializados, estos no siempre salen reivindicados.
Tal es el caso de Juan Méndez,
quien aunque estuvo interno a la edad de 12 años en el Centro de Atención
Integral de Adolescentes en Conflicto con la Ley, hoy a sus 19 años está
acusado de homicidio en el recinto penitenciario Najayo-Hombres.
Así como Juan, muchos adolescentes
delinquen a pesar de haber cumplido su condena y supuestamente
salir rehabilitados.
Sólo
un 2% es menor
En este sentido, la procuradora
adjunta del Departamento de Niños, Niñas y Adolescentes, Marisol Tobal, afirmó
que la política de mano dura, que consiste en aumentar las penas
para los menores de edad que incurren en actos delictivos, ha fracasado
en otros países.
Afirmó que los casos de menores
que violan la ley se han magnificado, ya que las estadísticas demuestran
que sólo un 2 por ciento de la población que incurre en acciones
delictivas es menor de edad.
“Lo que hay que verificar es que se
estén aplicando los programas de reinserción en los diferentes centros, porque
sólo así se garantiza que estos jóvenes no vuelvan a delinquir”, indicó la
procuradora adjunta.
Juan, el joven interno
quien hace poco estuvo recluido en Najayo menores hasta que cumplió
la mayoría de edad, con la mirada entristecida dijo que no está de acuerdo con
el método que utilizan en los reclusorios para menores, ya que
mientras estuvo interno se pasaba los días encerrado mirando hacia el techo.
“Sólo comía y me acostaba; volvía y
comía y me acostaba”, señaló.
Denunció que en su estadía en el
reclusorio sufrió muchos maltratos por parte de los demás internos.
“Cuando estuve apresado en Najayo
menores los controles (así se les llama a los internos más viejos
que imponen un régimen de terror) me daban “biliguer”, (refiriéndose con
este término a que tomaban un pote plástico lleno de agua y le pegaban), dijo
con voz entrecortada el interno.
Por otra parte,Marisol Tobal
explicó que no se puede contemplar al niño o adolescente solamente como
victimario, sino como una víctima de los problemas sociales dominicanos.
“Hay otros factores que hay que tomar
en cuenta en está problemática, porque en la mayoría de los casos de
adolescentes conflictivos estos tienen deficiencia educacional, otros son
víctimas de la descomposición familiar y otros no tiene acceso a oportunidades
de crecimiento y recreación”, señaló.
Existen otros factores
Por su parte, el psicólogo Luis Bergés
aseguró que las condenas altas no solucionan el problema si no se aplican otras
medidas para que el adolescente incorpore nuevos códigos de derechos a la
propiedad privada y el respeto a la vida misma.
“No pondero los encierros largos como
solución a la criminalidad juvenil.
Hay condiciones sociales,
educacionales, terapéuticas y psicológicas que deben tratarse para
que el individuo pueda reincorporarse a la sociedad y cambiar su conducta”,
manifestó Bergés.
Diferentes programas
Dijo que la sociedad debe tener
diferentes programas que se adapten a las condiciones de cada adolescente, ya que
cada uno es diferente y responde a diferentes tipos de estímulos,
dependiendo de qué tan crónico esté el nivel de mala conducta arraigada
en ellos.
“Hay niños que por sus características
responden más fácil y otros que necesitan programas más fuertes, pero siempre
acompañados de programas que les ayuden a reintegrarse a la sociedad”, afirmó
el doctor Bergés.
Primero hay que
prevenir
El padre Ángel Sánchez, coordinador
del programa Muchachos y Muchachas con Don Bosco, indicó que el Estado en vez
de preocuparse por endurecer las penas debe preguntarse qué les
ofrece a estos niños, niñas y adolescentes para que no violen la ley.
indicó que las mejores medidas para
erradicar la criminalidad en este sector de la población son reforzar la
educación, trabajar con las familias vulnerables, eliminar las peores formas de
trabajo infantil y dotar de acceso a oportunidades de crecimiento y
recreación a los adolescentes.
Habla del programa
Sánchez señaló que el programa
que coordina, aunque cuenta con pocos recursos económicos, ha rescatado de las
calles a muchos niños y niñas proveyéndoles de hogar, educación y
recreación, además de una preparación para el trabajo.
“Es mejor acompañar a las personas que
están sanas, que salvar a los enfermos”, señaló el padre Sánchez.
Es exagerado hablar de condenas tan
altas
La procuradora adjunta del
Departamento de Niños, Niñas y Adolescentes, Marisol Tobal, dijo que es
exagerado hablar de penalidades de 10 años para los
menores que infringen la ley con edad comprendida entre los 13 a 15
años y de 15 años para los adolescentes entre 16 y 18 años, como lo
aprobaron los congresistas.
Dijo que en vez de pensar
en incrementar las condenas se debe abogar porque se realicen los
programas de reinserción de los niños, niñas y adolescentes a la sociedad, que
debido al bajo presupuesto actualmente no se cumplen a cabalidad en los
diferentes centros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor no utilizar palabras obscenas.