miércoles, 8 de febrero de 2012

Jóvenes que han pasado por los reclusorios vuelven a delinquir


En las cárceles hay jóvenes que han delinquindo varias veces.
Santo Domingo.-Endurecer    las penas contra los menores que delinquen no necesariamente podría significar  el descenso de la criminalidad en este segmento de la población.

A pesar  de que  hay una gran cantidad de niños, niñas y adolescentes cumpliendo condenas  en los 11 centros especializados, estos no siempre salen reivindicados.
Tal es el caso de Juan Méndez, quien  aunque estuvo interno a la edad de 12 años en el Centro de Atención Integral de Adolescentes en Conflicto con la Ley, hoy a sus 19 años  está acusado de homicidio en el recinto penitenciario Najayo-Hombres.
Así como Juan, muchos adolescentes delinquen a pesar de haber cumplido   su condena y supuestamente salir rehabilitados.
 Sólo      un 2% es menor
En este sentido, la procuradora adjunta del Departamento de Niños, Niñas y Adolescentes, Marisol Tobal, afirmó que la política de mano dura, que consiste  en aumentar  las penas para los menores de edad que incurren en actos delictivos, ha fracasado  en otros países.
Afirmó que  los casos de menores que violan la ley se han magnificado, ya que  las estadísticas demuestran que sólo un 2 por ciento de la población que incurre en acciones delictivas  es menor de edad.
“Lo que hay que verificar es que se estén aplicando los programas de reinserción en los diferentes centros, porque sólo así se garantiza que estos jóvenes no vuelvan a delinquir”, indicó la procuradora adjunta.
  Juan, el joven interno  quien hace poco estuvo  recluido en Najayo menores  hasta que cumplió la mayoría de edad, con la mirada entristecida dijo que no está de acuerdo con el método que utilizan en los reclusorios para menores, ya   que mientras estuvo interno se pasaba los días encerrado mirando hacia el techo.
“Sólo comía y me acostaba; volvía y comía y me acostaba”, señaló.
Denunció que en su estadía en el reclusorio sufrió muchos maltratos por parte de los demás internos.
“Cuando estuve apresado en Najayo menores los controles (así se les llama  a los internos  más viejos que imponen un régimen de terror)  me daban “biliguer”, (refiriéndose con este término a que tomaban un pote plástico lleno de agua y le pegaban), dijo con voz  entrecortada el interno.
Por otra parte,Marisol Tobal  explicó que no se puede contemplar al niño o adolescente solamente como victimario, sino como una víctima de los problemas sociales dominicanos.
“Hay otros factores que hay que tomar en cuenta en está problemática, porque en  la mayoría de los casos de adolescentes conflictivos estos tienen deficiencia educacional, otros son víctimas de la descomposición familiar y otros no tiene acceso a oportunidades de crecimiento y recreación”, señaló.
Existen otros factores
Por su parte, el psicólogo Luis Bergés aseguró que las condenas altas no solucionan el problema si no se aplican otras medidas para que el adolescente incorpore nuevos códigos de derechos a la propiedad privada y  el respeto a la vida misma.
“No pondero los encierros largos como solución a la criminalidad juvenil.
Hay condiciones sociales, educacionales, terapéuticas y psicológicas que deben   tratarse para que el individuo pueda reincorporarse a la sociedad y cambiar su conducta”, manifestó Bergés.
Diferentes programas
Dijo que la sociedad debe tener diferentes programas que se adapten a las condiciones de cada adolescente, ya que cada uno  es diferente y responde a diferentes tipos de estímulos, dependiendo de qué tan  crónico esté el nivel de mala conducta arraigada en ellos.
“Hay niños que por sus características responden más fácil y otros que necesitan programas más fuertes, pero siempre acompañados de programas que les ayuden a reintegrarse a la sociedad”, afirmó el doctor  Bergés.
 Primero hay que  prevenir
El padre Ángel Sánchez, coordinador del programa Muchachos y Muchachas con Don Bosco, indicó que el Estado en vez de preocuparse por endurecer las penas debe   preguntarse qué les ofrece a estos niños, niñas y adolescentes para que no violen la ley.
indicó que las mejores medidas para erradicar la criminalidad en este sector de la población son reforzar la educación, trabajar con las familias vulnerables, eliminar las peores formas de trabajo infantil y  dotar de acceso a oportunidades de crecimiento y recreación a los adolescentes.
Habla del programa
 Sánchez señaló que el programa que coordina, aunque cuenta con pocos recursos económicos, ha rescatado de las calles a muchos niños y  niñas proveyéndoles de hogar, educación y recreación, además de una preparación para el trabajo.
“Es mejor acompañar a las personas que están  sanas, que salvar a los enfermos”, señaló el padre Sánchez.
Es exagerado hablar de condenas tan altas
La procuradora adjunta del Departamento de Niños, Niñas y Adolescentes, Marisol Tobal, dijo que es exagerado  hablar de penalidades de  10 años para  los menores  que infringen la ley con edad comprendida entre los 13 a 15 años  y de 15 años para los adolescentes entre 16 y 18 años, como lo  aprobaron los congresistas.
   Dijo que en vez de pensar en incrementar las condenas se debe abogar porque se realicen  los programas de reinserción de los niños, niñas y adolescentes a la sociedad, que debido al bajo presupuesto actualmente no se cumplen a cabalidad en los diferentes centros.

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