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Bangladesh: el peor derrumbe desde las Torres Gemelas


Empezó siendo de cien personas y ahora superó las mil. La cifra de muertos por el peor accidente industrial de Bangladesh cobra dimensiones nunca antes vistas, mientras que los equipos de rescate siguen encontrando más cuerpos entre los escombros. 


El edificio Rana Plaza ubicado en Savar, cerca de la capital, Dhaka, se derrumbó el 24 de abril mientras miles de personas trabajaban en las fábricas de ropa que albergaba.

Los equipos de rescate dicen haber encontrado una sobreviviente entre los escombros.

Mientras tanto, continúan recuperando cadáveres de entre los restos de la construcción que, según las autoridades, cada vez les resulta más complicado identificar por su avanzado estado de descomposición. Para ello se valen de las tarjetas de identificación que encuentran junto a los cuerpos o sus teléfonos móviles. 

Las autoridades están tomando muestras de ADN de las víctimas, que pueden ser utilizados en futuros reclamos de compensación, informó la agencia de noticias AFP. 

Se trata del colapso de un edificio más mortal en los tiempos modernos, exceptuando el ataque a las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York.

El anterior peor derrumbe fue en 1995 en las tiendas Sampoong en Seúl, Corea del Sur, donde murieron 502 personas. 


La de Bangladesh también es la peor tragedia en la historia de la industria global de la confección. 
Las autoridades dicen que cerca de 2.500 personas resultaron heridas en el accidente y 2.437 personas fueron rescatadas. Muchas siguen desaparecidas, aunque es imposible establecer cifras exactas pues nadie sabe cuántas personas trabajaban en las fábricas al momento del accidente. 

Se espera que la operación de recuperación siga varios días más y que luego las excavadoras retiren los escombros. 

Desesperanza

Cientos de familiares todavía esperan en el lugar, algunos sosteniendo fotografías de miembros de sus familias, aunque ya no se espera que haya sobrevivientes.

El inmueble albergaba cinco talleres textiles que producían ropa y accesorios para destacadas marcas extranjeras.

Varios funcionarios -incluyendo el propietario del edificio- han sido detenidos y acusados de haber causado muertes por negligencia.

El gobierno ha puesto en marcha una investigación y los resultados preliminares dicen que la causa del derrumbe fueron las vibraciones de cuatro generadores gigantes en los pisos superiores del edificio.









Tiendas occidentales
La magnitud de la tragedia puso de relieve las malas condiciones en las que millones de bengalíes confeccionan ropa que se vende en las tiendas de grandes marcas por todo el mundo.

Los manifestantes han salido a las calles pidiendo la pena de muerte para el dueño, y los trabajadores de la confección han denunciado que eran obligados a trabajar en el edificio a pesar de que había grietas en las paredes.

Bangladesh tiene una de las industrias de la confección más grandes del mundo, y algunas de las prendas producidas en el edificio Rana Plaza se hacían para los minoristas occidentales.
El miércoles se anunció el cierre de 18 fábricas de ropa por razones de seguridad, en medio de la creciente preocupación por el tema de las condiciones de los trabajadores en todo el país.

A principios de esta semana, un incendio en otra fábrica de ropa en Dhaka mató al menos a ocho personas.

"Los ven como un número"


Sobreviviente de la tragedia, fotografiada por Taslima Akhter. Esta semana, la foto de dos cadáveres abrazados entre los escombros del edificio dio la vuelta al mundo en redes sociales e impactó por su crudeza. No la publicamos aquí, pues la BBC prefiere no mostrar fotos de cadáveres a menos que tengan un interés periodístico especial (por ejemplo, el cadáver de Bin Laden). Pero hablamos con la autora de la foto, la activista bengalí Taslima Akhter. "Creo que los trabajadores tienen su propia vida, con su cultura, emociones, amor, preocupaciones, sueños y afectos que a menudo quedan fuera de la mente de las élites. Creo que mi fotografía dice algo acerca de eso. Y no sólo los medios sino todo el sistema ven a estos humanos como un número", dice desde Dhaka. A los compradores internacionales tampoco les importa el salario o la seguridad de los trabajadores. A través de mi fotografía estoy tratando de hacer campaña en contra de los tbajos salarios y las condiciones de trabajo inseguras de los trabajadores.No creo que este colapso y la muerte de más de 1.000 cien trabajadores sea sólo como una tragedia creo que es un asesinato estructural. Creo que detrás del incidente hay irregularidades, corrupciones, negligencia y avaricia", señala la fotoperiodista y activista. 







México vive su sismo más intenso desde 1985


Una de las primeras lecciones para cualquiera que llegue por primera vez a la Ciudad de México es qué hacer en caso de sismo.

Aunque sirvan las señalizaciones en cada edificio, los manuales y consejos de los vecinos, la experiencia demuestra que observar la reacción de los habitantes del Distrito Federal es la mejor escuela en caso de que el suelo tiemble.

Este martes, un sismo de 7,8 en la escala Richter sacudió la capital del país al mediodía, aunque también se sintió en el estado occidental Guerrero, donde tuvo su epicentro a 10 kilómetros de profundidad, y en Oaxaca.

De acuerdo al jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, fue el "más intenso después del de 1985", un trágico sismo de 8.1 que dejó unos 10.000 muertos y que traumó a esta ciudad.


Muchos evacuados, pero nada que lamentar en la Ciudad de México. 


Pero este martes, lo que en otras partes del mundo habría sido un terremoto, aquí fue simplemente un "temblor".
Las autoridades dijeron que no se reportaron víctimas mortales ni heridos graves, aunque en Guerrero unas 500 casas sufrieron daños, dijo el gobernador del estado en la televisión.


El gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, dijo que en la capital de esa región se registraron leves daños materiales.

"No hay reporte de daños en el DF. Sólo escenas de pánico y evacuaciones de edificios hasta el momento", dijo el presidente del país, Felipe Calderón, a través de su cuenta de Twitter.

Como ya es habitual en estas ocasiones, Twitter y Facebook fueron los medios más utilizados por los habitantes de la ciudad para poder establecer contacto con sus allegados.

La televisión mostró imágenes de hospitales en evacuación, parte de un puente caído y grietas en calzadas y edificios.








Un mal recuerdo

"Viví el del 85 y siempre te queda el susto. Pero con todas estas medidas de evacuación nos quedamos nerviosos pero no aterrados como antes", dice una empleada de la Secretaría de Relaciones Exteriores, ubicada en pleno centro histórico de Ciudad de México.

Allí, las avenidas, parques y patios de los edificios se coparon de gente, evacuada a los pocos minutos del sismo.

"Viví el del 85 y siempre te queda el susto. Pero con todas estas medidas de evacuación nos quedamos nerviosos pero no aterrados como antes"


Empleada del gobierno.


Los edificios públicos cuentan con protocolos de actuación ante emergencias y los simulacros a gran escala son habituales aquí. México aprendió la lección del pasado.

En el 85, la tardía respuesta de las autoridades, la mala gestión del desastre y el abandono de muchas víctimas originó toda una respuesta ciudadana.

Aquel dramático terremoto sirvió para organizar a la sociedad civil y concienciar a la población para reaccionar ordenadamente ante temblores como el de este martes.

"Casi te caías al suelo"


"Ví los postes de la calle moverse de un lado a otro, salí del auto y me pegué contra una pared. Se sintió impresionante", contaba un taxista en la Colonia Roma a los pocos minutos del temblor.


"Casi te podías caer al suelo del temblor, salí a la calle y ví el polvo que dejaron los edificios, como si chocaran entre sí", dice Francisco, residente en el barrio de la Condesa.


A las pocas horas del sismo, algunos mexicanos todavía no habían vuelto a su rutina, temerosos a que pudiera repetirse un temblor similar o más fuerte y alarmados por las réplicas que, aunque de menor intensidad, se sucedieron durante toda la mañana.

Las autoridades advirtieron que este tipo de temblores podrían repetirse a lo largo del día.

Aunque la población se mantiene en alerta ante cualquier sacudida, quizás el síntoma más claro de lo acostumbrado que están los mexicanos a los temblores es el panorama en la céntrica Avenida Reforma.

Allí sigue desde primera hora de la mañana una protesta de trabajadores en conflicto con el gobierno.

Ni los edificios temblando como gelatina ni la cara de pánico en algunos rostros mitiga un rasgo del DF que es casi tan característico como sus temblores: sus recurrentes manifestaciones callejeras.


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